La cicatrización es un proceso natural que posee el cuerpo para regenerar los tejidos, desde el cerebro hasta los dedos del pie, que han sufrido una herida. Cuando una persona posee una herida en el proceso de recuperación se llevan a cabo una serie de complejos fenómenos bioquímicos que se suceden para reparar el daño. Estos fenómenos ocurren con cierto solapamiento temporal y pueden ser divididos para su estudio en las siguientes fases: inflamatoria, proliferativa, y de remodelación (algunos autores consideran que la cicatrización ocurre en cuatro o más etapas, si se subdividen las fases inflamatoria o de proliferación en pasos intermedios). En la fase inflamatoria, se fagotizan y eliminan las bacterias y suciedad, y se liberan factores que producen la migración y división de las células que toman parte en la fase proliferativa. En consecuencia, hay producción de tejido nuevo que sella y repara el tejido dañado. Este proceso puede llevarse hasta un mes dependiendo, el grado de daño.
Si la cicatrización se prolonga más de este tiempo, la herida posiblemente no tenga los elementos necesarios para cerrar. La oxigenación hiperbárica estimula en varias de sus fases a la cicatrización, oxigenando los tejidos y produciendo colágeno, una de las proteinas principales en este evento. La terapia con oxígeno hiperbárico (TOH) es uno de los enfoques terapéuticos más importantes en relación con las heridas crónicas. Debería ser considerada si las razones aparentes del déficit de cicatrización son la hipoxia y la infección, dos de las causa principales de falla en la cicatrización de los pacientes con diabetes.